Capítulo XI
La convergencia en
los medios
Autor: Víctor
Manuel García Perdomo
Al
veterano periodista don Luis de Castro no solo le tocó narrar historias fatales
sino que también experimentó un cambio tecnológico radical ocurrido en las
salas de redacción de los diarios del mundo, que consistió en pasar de las
máquinas de escribir a las computadoras. El legendario editor no entró nunca en
la era digital de las redacciones y se apegó a un mundo que iba dejando de
existir.
En
la década de los ochenta ocurrió el paso de las planchas de plomo a la
composición digital en frío; de las máquinas de escribir a las computadoras.
Las tecnologías que percibimos como elementales parecían hasta hace poco
posibles solo en la ciencia ficción.
En
el siglo XXI, la tecnología ha acentuado ese cambio frenético en las
redacciones, afectando las estructuras de las empresas mediáticas, el estilo
tradicional en el que los reporteros realizaban sus trabajos y la elaboración
de los leguajes. Ese cambio en los cánones establecidos ha sido asociado a una palabra
que genera cierta aversión: convergencia.
La
idea de un solo medio y verdadero
Se cree que la palabra en inglés, convergence, fue empleada por primera vez por el científico William Derham a finales del siglo XVII.
Se cree que la palabra en inglés, convergence, fue empleada por primera vez por el científico William Derham a finales del siglo XVII.
Según
Rich Gordon, profesor de periodismo
de la Universidad Northwestern, a mediados del siglo XX, el concepto comenzó a
ser utilizado en las ciencias políticas y económicas para explicar procesos
como las relaciones entre los bloques estadounidenses y soviético o la
inclusión de las nuevas economías nacionales en el contexto global.
El
sacerdote jesuita Pierre Teilhard de
Chardin acuñó el término con la esperanza de unificar teóricamente a la
ciencia y a la religión, en una época en
la que La Evolución todavía era considerada adversa a La Creación. Las
ideas ecuménicas de Teilhard impregnaron la mente del académico Marshall
McLuhan y sirvieron como base para la creación de su visionaria teoría de la “Aldea
global”, precursora del universo digital.
Posteriormente,
el comunicador Ithiel de Sola Pool y
el ingeniero Nicholas Negroponte reforzaron
con sus investigaciones la idea de un gran sistema convergente de todas las
formas de comunicación a través de la capacidad digital ofrecidas por las
nuevas plataformas tecnológicas.
A finales de los años noventa, los periódicos locales estadounidenses y las estaciones de radio y televisión empezaron a hacer alianzas estratégicas e intercambios de contenidos lo que reforzó la idea de que los medios de comunicación terminarían convergiendo.
La
animación y la infografía, integrada al audio y al video tuvieron un avance a
la hora de contar historias en las plataformas digitales.
Media
General fue la empresa pionera en convergencia.
Múltiples convergencias
a) Convergencia
tecnológica
b) Convergencia
industrial
c) Convergencia en la
producción y distribución de contenidos
d)
Convergencia multimedia
La evolución de los medios
Roger
Fidler incorporó en su teoría el término de Mediamorfosis
y lo definió como: “La transformación de los medios de comunicación,
generalmente por la compleja interacción de las necesidades percibidas, las presiones
políticas y de la competencia, y las innovaciones sociales y tecnológicas”.
En
sus planteamientos, el teórico estima que los medios de comunicación no se
destruyen sino que se transforman y se adaptan a la evolución de las nuevas
tecnologías.
Rosental
Alves asegura que no estamos frente a una simple metamorfosis de los medios de
comunicación sino frente a una revolución que ha transformado por completo los
cimientos de los medios y sus estructuras económicas.
Paul
Stinger asegura que los periodistas tienen un futuro brillante en la revolución
informativa porque los ciudadanos comunes o ‘blogueros’ no tienen por lo
general la habilidad ni el entrenamiento para realizar una investigación a
profundidad con un buen manejo de la información y de las fuentes.
La convergencia multimedia
Lawson-Borders,
Kenneth C. Killebrew y Henry Jenkins coinciden en que el corazón de la
convergencia mediática es la información.
La
convergencia que más nos compete desde el periodismo es la que algunos teóricos
llaman convergencia multimedia, que permite la creación de un nuevo lenguaje en
la era digital, utilizando las características y posibilidades ofrecidas por
las nuevas plataformas.
Los
elementos digitales con los que cuenta el periodista a la hora de producir
información multimedia siguen siendo materia de amplia discusión porque no
existe todavía una fórmula para mezclar o dar acceso real a los componentes
hipertextuales, audiovisuales, gráficos e interactivos, o para producir un
lenguaje que podamos llamar propio de la Red.
Existen
varios medios de comunicación que se han convergido, por ejemplo, el periódico
estadounidense The New York Timnes; el diario británico The Daily Telegraph;
los periódicos argentinos La Nación y Clarín y en Colombia, El Espectador.
Si
bien, la convergencia tiene sus puntos positivos, también se le destacan puntos
negativos pues se ha convertido en el terror de las redacciones periodísticas
porque, contraria a su intención fortalecedora, sigue teniendo el propósito
empresarial de reducir costos económicos en los medios mediante la asignación
de varios trabajos especializados a un solo individuo.
Torry
Pedersen, director ejecutivo de la publicación noruega VG Group insiste en no
distribuir las funciones de la Web entre los redactores del medio tradicional
ni forzar a un solo grupo de periodistas a producir información para todas las
plataformas.
El periodista multimedia
Se
cree que un periodista multimedia es un profesional-héroe, capaz de ir solo a
la guerra cargando al hombro una mochila, de la que extrae equipos para
producir y “transmitir” video, audio, fotografías, infografías y texto.
La
palabra convergencia se ha asociado a una trampa que deteriora los estándares
del trabajo de los periodistas y la calidad de la información.
El
periodista multimedia, que encara mayores exigencias, debe afinar sus
competencias personales, profesionales y técnicas.
La
convergencia arrastra a la necesidad del trabajo en grupo entre colegas y
medios que antes eran considerados abierta competencia. Los periodistas son
competitivos por naturaleza y cedes sus fuentes de información a otros les
genera conflicto.
El
temor a la convergencia se materializa también cuando en las salas de redacción
se comienzan a experimentar cambios que afectan las rutinas periodísticas. Lo
primero que ocurre es que aumenta el trabajo diario debido a la presión que
ejerce la instantaneidad en las plataformas digitales. Esto hace que el
periodista pase mucho más tiempo en el escritorio que en la calle y, por tanto,
pierda el hábito de la sana reportería, sello del buen periodismo.
La audiencia convergente
Las
nuevas herramientas digitales permiten que las audiencias se conviertan en
editoras de sus propias historias.
Los
productores y consumidores son participantes que interactúan entre sí en un
nuevo espacio con reglas distintas que todavía no entendemos por completo.
Esa
intensa actividad del público ha recibido numerosas definiciones: periodismo
ciudadano, contenido generado por los usuarios, usuarios creadores de
contenido, periodismo colaborativo, periodismo comunitario, periodismo
interactivo, periodismo en la red, etc.
La
audiencia está también ahora al mando y decide cuándo, cómo y qué tipo de
información quiere recibir.
Hay que
entender que la cooperación entre los reporteros y los usuarios es vital para
reconstruir las historias. Sin la colaboración de las audiencias los proyectos
periodísticos quedan incompletos.
La medición de las audiencias
Chris
Anderson, investigador de la Universidad de Columbia, ha afirmado que “El
ejercicio periodístico consiste en establecer un balance entre lo que el público
quiere y lo que el público necesita”.
Los
medios que ceden a la tentación de las métricas para complacer solo el interés
del público con historias humanas se acercan a un periodismo sensacionalista,
mientras que los medios que optan por el periodismo de interés público cumplen
con su función social y se acercan al periodismo de calidad.
El
periódico estadounidense The Spokesman Review ha abierto su reunión editorial
diaria a través de una cámara web y un chat para escuchar a sus lectores para
así crear una sala de redacción transparente, abierta a la comunidad.
El futuro de la convergencia
Entrar
a la convergencia ya no es una opción para las compañías de medios ni para los
profesionales de la información, pues el público al que se dirigen hace parte
del espacio convergente.
El
futuro de la convergencia multimedia resulta asegurado por tres razones:
a) Porque plantea el
aprovechamiento de los recursos disponibles al máximo y hace más efectiva la
operación de los medios
b) Porque al integrar la
producción de contenidos hace que la comunicación atraiga nuevas voces al
desarrollo
c) Porque la tecnología
sigue en punta mejorando la capacidad de los medios y las audiencias para
distribuir contenidos e información a través de diversas plataformas
Los
periodistas pueden adaptarse a este nuevo ambiente de nuevas reglas con la
convicción de que enfrentan un gran reto profesional. El periodista debe saber
articular el lenguaje escrito con el lenguaje audiovisual, combinar palabras
con lo sonoro y lo visual en una sola pieza informativa y, al mismo tiempo,
establecer un diálogo con las audiencias.
La voz de la experiencia
En
la última parte de este capítulo, aparece una entrevista que Víctor Manuel
García le realiza a Ramón Salaverría, experto en escritura web y convergencia
mediática en la cual abordan aspectos relacionados con la convergencia, nuevas
narrativas, y el impacto de la tecnología en la profesión periodística.
En
la entrevista, el académico asegura que confía en que los contenidos
periodísticos se impongan a los dictámenes de la tecnología, pone en duda el
futuro de los medios que utilizan la convergencia como excusa para reducir los
costos de operación, ve a los dispositivos móviles como el elemento clave
modificador de los lenguajes periodísticos, y advierte sobre el cambio
generacional que se está produciendo en las redacciones sin una transición
adecuada.
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