martes, 10 de febrero de 2015

Lectura N°1: Capítulo XI

Capítulo XI
La convergencia en los medios
Autor: Víctor Manuel García Perdomo

Al veterano periodista don Luis de Castro no solo le tocó narrar historias fatales sino que también experimentó un cambio tecnológico radical ocurrido en las salas de redacción de los diarios del mundo, que consistió en pasar de las máquinas de escribir a las computadoras. El legendario editor no entró nunca en la era digital de las redacciones y se apegó a un mundo que iba dejando de existir.

En la década de los ochenta ocurrió el paso de las planchas de plomo a la composición digital en frío; de las máquinas de escribir a las computadoras. Las tecnologías que percibimos como elementales parecían hasta hace poco posibles solo en la ciencia ficción.

En el siglo XXI, la tecnología ha acentuado ese cambio frenético en las redacciones, afectando las estructuras de las empresas mediáticas, el estilo tradicional en el que los reporteros realizaban sus trabajos y la elaboración de los leguajes. Ese cambio en los cánones  establecidos ha sido asociado a una palabra que genera cierta aversión: convergencia.

La idea de un solo medio y verdadero



Se cree que la palabra en inglés, convergence, fue empleada por primera vez por el científico William Derham a finales del siglo XVII.

Según Rich Gordon, profesor de periodismo de la Universidad Northwestern, a mediados del siglo XX, el concepto comenzó a ser utilizado en las ciencias políticas y económicas para explicar procesos como las relaciones entre los bloques estadounidenses y soviético o la inclusión de las nuevas economías nacionales en el contexto global.

El sacerdote jesuita Pierre Teilhard de Chardin acuñó el término con la esperanza de unificar teóricamente a la ciencia y a la religión, en una época en  la que La Evolución todavía era considerada adversa a La Creación. Las ideas ecuménicas de Teilhard impregnaron la mente del académico Marshall McLuhan y sirvieron como base para la creación de su visionaria teoría de la “Aldea global”, precursora del universo digital.

Posteriormente, el comunicador Ithiel de Sola Pool y el ingeniero Nicholas Negroponte reforzaron con sus investigaciones la idea de un gran sistema convergente de todas las formas de comunicación a través de la capacidad digital ofrecidas por las nuevas plataformas tecnológicas.

El término implica de una u otra manera movimiento paralelo hacia la unificación, evolución, sinergia, fusión, transformación o intersección.

A finales de los años noventa, los periódicos locales estadounidenses y las estaciones de radio y televisión empezaron a hacer alianzas estratégicas e intercambios de contenidos lo que reforzó la idea de que los medios de comunicación terminarían convergiendo.

La animación y la infografía, integrada al audio y al video tuvieron un avance a la hora de contar historias en las plataformas digitales.

Media General fue la empresa pionera en convergencia.

Múltiples convergencias

a) Convergencia tecnológica
b) Convergencia industrial
c)  Convergencia en la producción y distribución de contenidos
d) Convergencia multimedia

La evolución de los medios

Roger Fidler incorporó en su teoría el término de Mediamorfosis y lo definió como: “La transformación de los medios de comunicación, generalmente por la compleja interacción de las necesidades percibidas, las presiones políticas y de la competencia, y las innovaciones sociales y tecnológicas”.

En sus planteamientos, el teórico estima que los medios de comunicación no se destruyen sino que se transforman y se adaptan a la evolución de las nuevas tecnologías.

Rosental Alves asegura que no estamos frente a una simple metamorfosis de los medios de comunicación sino frente a una revolución que ha transformado por completo los cimientos de los medios y sus estructuras económicas.

Paul Stinger asegura que los periodistas tienen un futuro brillante en la revolución informativa porque los ciudadanos comunes o ‘blogueros’ no tienen por lo general la habilidad ni el entrenamiento para realizar una investigación a profundidad con un buen manejo de la información y de las fuentes.

La convergencia multimedia

Lawson-Borders, Kenneth C. Killebrew y Henry Jenkins coinciden en que el corazón de la convergencia mediática es la información.

La convergencia que más nos compete desde el periodismo es la que algunos teóricos llaman convergencia multimedia, que permite la creación de un nuevo lenguaje en la era digital, utilizando las características y posibilidades ofrecidas por las nuevas plataformas.

Los elementos digitales con los que cuenta el periodista a la hora de producir información multimedia siguen siendo materia de amplia discusión porque no existe todavía una fórmula para mezclar o dar acceso real a los componentes hipertextuales, audiovisuales, gráficos e interactivos, o para producir un lenguaje que podamos llamar propio de la Red.

Existen varios medios de comunicación que se han convergido, por ejemplo, el periódico estadounidense The New York Timnes; el diario británico The Daily Telegraph; los periódicos argentinos La Nación y Clarín y en Colombia, El Espectador.

Si bien, la convergencia tiene sus puntos positivos, también se le destacan puntos negativos pues se ha convertido en el terror de las redacciones periodísticas porque, contraria a su intención fortalecedora, sigue teniendo el propósito empresarial de reducir costos económicos en los medios mediante la asignación de varios trabajos especializados a un solo individuo.

Torry Pedersen, director ejecutivo de la publicación noruega VG Group insiste en no distribuir las funciones de la Web entre los redactores del medio tradicional ni forzar a un solo grupo de periodistas a producir información para todas las plataformas.

El periodista multimedia

Se cree que un periodista multimedia es un profesional-héroe, capaz de ir solo a la guerra cargando al hombro una mochila, de la que extrae equipos para producir y “transmitir” video, audio, fotografías, infografías y texto.

La palabra convergencia se ha asociado a una trampa que deteriora los estándares del trabajo de los periodistas y la calidad de la información.

El periodista multimedia, que encara mayores exigencias, debe afinar sus competencias personales, profesionales y técnicas.

La convergencia arrastra a la necesidad del trabajo en grupo entre colegas y medios que antes eran considerados abierta competencia. Los periodistas son competitivos por naturaleza y cedes sus fuentes de información a otros les genera conflicto.


El temor a la convergencia se materializa también cuando en las salas de redacción se comienzan a experimentar cambios que afectan las rutinas periodísticas. Lo primero que ocurre es que aumenta el trabajo diario debido a la presión que ejerce la instantaneidad en las plataformas digitales. Esto hace que el periodista pase mucho más tiempo en el escritorio que en la calle y, por tanto, pierda el hábito de la sana reportería, sello del buen periodismo.


La audiencia convergente

Las nuevas herramientas digitales permiten que las audiencias se conviertan en editoras de sus propias historias.

Los productores y consumidores son participantes que interactúan entre sí en un nuevo espacio con reglas distintas que todavía no entendemos por completo.

Esa intensa actividad del público ha recibido numerosas definiciones: periodismo ciudadano, contenido generado por los usuarios, usuarios creadores de contenido, periodismo colaborativo, periodismo comunitario, periodismo interactivo, periodismo en la red, etc.

La audiencia está también ahora al mando y decide cuándo, cómo y qué tipo de información quiere recibir.

Hay que entender que la cooperación entre los reporteros y los usuarios es vital para reconstruir las historias. Sin la colaboración de las audiencias los proyectos periodísticos quedan incompletos.

La medición de las audiencias 

Chris Anderson, investigador de la Universidad de Columbia, ha afirmado que “El ejercicio periodístico consiste en establecer un balance entre lo que el público quiere y lo que el público necesita”.

Los medios que ceden a la tentación de las métricas para complacer solo el interés del público con historias humanas se acercan a un periodismo sensacionalista, mientras que los medios que optan por el periodismo de interés público cumplen con su función social y se acercan al periodismo de calidad.

El periódico estadounidense The Spokesman Review ha abierto su reunión editorial diaria a través de una cámara web y un chat para escuchar a sus lectores para así crear una sala de redacción transparente, abierta a la comunidad.

El futuro de la convergencia

Entrar a la convergencia ya no es una opción para las compañías de medios ni para los profesionales de la información, pues el público al que se dirigen hace parte del espacio convergente.

El futuro de la convergencia multimedia resulta asegurado por tres razones:

a) Porque plantea el aprovechamiento de los recursos disponibles al máximo y hace más efectiva la operación de los medios
b) Porque al integrar la producción de contenidos hace que la comunicación atraiga nuevas voces al desarrollo
c) Porque la tecnología sigue en punta mejorando la capacidad de los medios y las audiencias para distribuir contenidos e información a través de diversas plataformas
Los periodistas pueden adaptarse a este nuevo ambiente de nuevas reglas con la convicción de que enfrentan un gran reto profesional. El periodista debe saber articular el lenguaje escrito con el lenguaje audiovisual, combinar palabras con lo sonoro y lo visual en una sola pieza informativa y, al mismo tiempo, establecer un diálogo con las audiencias.

La voz de la experiencia

En la última parte de este capítulo, aparece una entrevista que Víctor Manuel García le realiza a Ramón Salaverría, experto en escritura web y convergencia mediática en la cual abordan aspectos relacionados con la convergencia, nuevas narrativas, y el impacto de la tecnología en la profesión periodística.

En la entrevista, el académico asegura que confía en que los contenidos periodísticos se impongan a los dictámenes de la tecnología, pone en duda el futuro de los medios que utilizan la convergencia como excusa para reducir los costos de operación, ve a los dispositivos móviles como el elemento clave modificador de los lenguajes periodísticos, y advierte sobre el cambio generacional que se está produciendo en las redacciones sin una transición adecuada.

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